viernes, 22 de abril de 2011

CUATRO AÑOS GOBERNANDO EL CAMBIO

La legislatura llega a su fin. Desde 2007 hasta mayo próximo habrán pasado cuatro años. Ha sido un periodo  muy intenso en nuestro pueblo donde la política ha jugado un papel de primer orden en el devenir social.
Nunca antes se había hecho tanto en tan poco espacio de tiempo. Nunca antes una crisis había golpeado con tanta dureza los resortes sociales y económicos de los pueblos. Y sin embargo nuestro pueblo hoy, nada tiene que ver con el de hace cuatro años atrás. Miremos a nuestro alrededor con todo el espíritu crítico que se quiera, pero desde una posición objetiva y seria. Fuentes de Andalucía ha sufrido un cambio evidente difícil de no reconocer.
 Con errores y con desaciertos (por supuesto), hay que reconocer que  el actual equipo de gobierno ha impulsado una transformación social, educativa, cultural, laboral, económica, deportiva, etc  en nuestro municipio que nos ha situado, sin posibilidad de marcha atrás, en un escenario nuevo, más abierto y con más oportunidades de futuro.
Ningún fontaniego ecuánime, puede negar que, cuatro años después, entre todos y todas, hemos conseguido que “otro pueblo sea posible”. Los esfuerzos, la pasión por lo público, la entrega y la capacidad de trabajo también nos han acompañado. Y aunque nunca hay que estar satisfechos con los balances hemos de manifestar que nos pusimos una meta y la hemos superado.
Culmina una legislatura intensa y sin embargo el camino no ha hecho más que comenzar.
La dinámica transformadora en la que hemos metido a nuestro municipio no puede verse frenada ni truncada, sino que debe tener una continuidad que le haga tomar definitivamente velocidad de crucero.
Echemos mano de la memoria y recordemos. Hace cuatro años heredamos un pueblo que se encontraba en la UVI, moribundo, apagado, cansado, apático... Hoy disfrutamos de un pueblo alegre, competitivo, conocido y reconocido, habitable, limpio, más alegre. Y ello a pesar de crisis  y recortes.
Fuentes de Andalucía tiene unas capacidades y unas potencialidades que por fin hemos comenzado a creer en ellas y a ponerlas en valor.
El pasado, pasado está. Miremos al futuro, tomemos la oportunidad que se nos ofrece y entremos por las puertas que se nos abren de par en par.
No hacerlo sería un error que no nos perdonarían las generaciones futuras que vienen tras nuestros pasos.